lunes, 18 de mayo de 2015

SOCIEDAD CONSUMISTA Y SUPERFICIAL

Antes de profundizar sobre el tema, dejemos en claro qué es un estereotipo: según la Real Academia Española (RAE), el estereotipo define a una imagen o idea aceptada, por lo general, por un grupo o sociedad con carácter inmutable.
En cuanto a los estereotipos de belleza, nos marcan un modelo estético a seguir que a su vez implica todo un modo de vida que se crea en el mismo devenir de perfeccionarlo y conservarlo.

El estereotipo pretende que a través del consumo, lleguemos a la “perfección física”, que cambia según pasan los años y las sociedades. Quienes toman el rol de presentarnos este canon son la publicidad, la moda, el marketing, y los medios de comunicación que nos imponen una imagen ideal que tomamos como “normal” cuando, en realidad, este modelo está lejos de ser natural.

Actualmente vivimos en una sociedad oprimida por el nuevo concepto de ideal de belleza y rodeada de un aire superficial y consumista donde tu imagen significa más que tu inteligencia, personalidad y valores como persona.
Estamos ante la nueva epidemia “culto a la apariencia” una obsesión hacia la perfección nos ha manipulado a tal punto de poder infringir enfermedades psicológicas mayoritariamente causantes de una baja autoestima y una represión social que nos afecta a la forma de vernos ante el espejo, siendo capaz de causar trastornos  alimenticios tales  como la bulimia anorexia y vigorexia, entre muchos otros, que pueden llegar a causarnos hasta la muerte en las cuales se implica nuestra tendencia  a compararnos con modelos y actores que se nos difunden  medios de comunicación para beneficiarse que traen consecuencias negativas a la integridad de la persona y sociedad .

Cuando las personas comienzan a comparar la imagen perfecta e idealizada de la publicidad con su verdadera imagen corporal, se produce un impacto negativo en el autoestima, el cual se ve disminuido, aparecen también sentimientos de inconformidad e inseguridad, de vergüenza, de rechazo hacia el propio cuerpo; sentimientos que sólo llevan a la auto degradación de la personas. 

Una comparación subjetiva de nuestro cuerpo ante una imagen inexistencial  que se nos difunden con excesos de Photoshop y nos 
presionan a aspirar a algo inalcanzable a través del consumismo que nos induce a la compra de una publicidad engañosa que nos hace superficiales y nos convierte en otra persona de esta sociedad. La idea inicial no es enfrentarse ante esta ni formar un grupo minoritario que intente combatir contra ella si no tener claro que la perfección es abstracta e inalcanzable y que debemos concienciarnos que nuestras imperfecciones también nos hacen ser lo que somos y que debemos estar felices con nuestro cuerpo y si queremos cambiar algo físico nuestro para sentirnos seguros de nosotros mismos no es ser superficial , mientas no sea para complacer a las personas si no a nosotros mismos.

La presión no solo viene de la publicidad, o la estética sino también provocada por el hombre en sí, ya sea por parte propia o por personas de su entorno.
        
La eterna juventud también se ha convertido en un problema que nos ha llevado a la compra de miles de productos para rejuvenecer nuestra apariencia exterior, mostrando en anuncios rejuvenecedores a modelos de corta edad o mujeres que han experimentado varias cirugías faciales.

                    
La primera apariencia nos empuja a etiquetar a una persona por su forma de vestir, caminar, peinarse e incluso mirar impidiendo conocer la verdadera identidad de la persona.
La apariencia física no lo implica todo es tan solo un aspecto que se nos ha implantado desde niños y volvemos a hablar de la comparación ,es decir, no podemos decir si alguien es “feo” o “guapo” sin antes compararlo con otra persona en este caso los canones que nos presenta la sociedad ni  podemos reconocer la belleza más allá de lo que podemos ver más allá de lo objetivo.

Para terminar, la posición que deberíamos adoptar todos con respecto a los estereotipos y los consumos que conllevan, sería la de tratar de comprender la información que recibimos de los medios de comunicación, para poder ver si está bien que sigamos estos modelos y cuáles son las características de ellos: si están desvirtuados, idealizados, distanciados de la realidad o no; y las consecuencias que acarrean. Debemos estar atentos donde la presión consumista tienda a confundir o a moldear nuestros deseos, necesidades y comportamientos. 







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