La modelo Bar Refaeli se ha visto envuelta hace unos meses en una polémica causada por un spot que protagoniza para vender las gafas de Carolina Lemke, una marca local de la que la propia Refaeli es accionista.
La causa de estas críticas hacia su persona es que en el spot se burla de la obesidad y su imagen es la de mujer-objeto, al entero servicio de los hombres.
El spot consiste en un chico que se encuentra en el tren y, al mirar a una chica que hay agarrada a una barra, se imagina que esta esta contoneándose de forma provocativa como si fuera una stripper. El chico se pone sus gafas para ver mejor a la belleza pero el ensueño se rompe y la muchacha en realidad no es la modelo, sino una mujer entrada en carnes que le guiña un ojo.
La Red de Mujeres de Israel denuncia el “argumento simple que se transmite: que una mujer gorda no puede ser bella”.
“Haces campañas por los homosexuales y por los animales, pero nunca defiendes que cada mujer sea respetada por cómo es, no por cómo se ve o la ven”, le espeta una fan en su página de Facebook.
El Canal 2 de la televisión israelí lleva recibiendo quejas desde que se estrenó el anuncio. La firma de gafas, sin embargo, se defiende alegando que trataron de dar a su campaña un toque “humorístico” y que el baile de Refaeli no tiene que ver con la prostitución, sino con la “práctica cada vez más extendida” de un deporte, el pole dance.
En mi opinión no es necesario utilizar a la mujer como objeto simplemente para anuncar unas gafas. Pero lo que me parece inadmisible es la burla a la obesidad porque una mujer no tiene que ser delgada para ser bella. Anuncios como este son los que influyen en las jóvenes dañando su autoestima ya que quieren legar al "canon de belleza" que se les presenta.
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